Robert Ford, exembajador de Estados Unidos (EE.UU.) en Irak, admitió en una entrevista ofrecida a Sputnik que el juicio de Sadam Huseín y sus coacusados tuvo muchas violaciones y «no fue perfecto».
Recordó que varios de los abogados defensores fueron asesinados durante el proceso y que en distintas ocasiones la Fiscalía introdujo pruebas, sin permitir que la defensa las viera primera primero.
«El juicio en sí tuvo problemas, sin duda”, dijo Ford, al tiempo que aclaró que su culpabilidad no está en tela de juicio ya que se encontraron documentos firmados por el mismo Sadam Huseín y otros acusados, que los implicaban directamente en los cargos de las masacres y asesinatos de la ciudad de Dujail.
La matanza que tuvo lugar en el año 1982, durante la presidencia de Huseín, se cometió presuntamente en represalia a un intento de asesinato anterior del Partido Islámico Dawa.
El exlíder iraquí que gobernó por 25 años antes de la invasión de Estados Unidos (EE.UU.) sin aval de la Organización de Naciones Unidas (ONU), con el pretexto de la confiscación de unas presuntas armas de destrucción masivas, fue ejecutado el 30 de diciembre de 2006, la noche anterior al comienzo de una de las fiestas musulmanas más importantes, el Eid al-Adha.
«Oh, pueblo honorable, le confío mi alma a usted y al Señor misericordioso, que no defrauda al creyente honesto… Alá es grande», fueron sus últimas palabras, precisó Raghad, la hija mayor del exgobernante.
De acuerdo a Raghad su padre pidió por la fortaleza psicológica de los iraquíes luego de la invasión, y advertía sobre los peligros expansionistas de los iraníes sobre los árabes, a quienes asegurò él protegió durante dos décadas y media».
