Este domingo 19 de junio se llevará a cabo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia, donde los neogranadinos escogerán al próximo ocupante del Palacio de Nariño para los próximos cuatro años.
Gustavo Petro y Rodolfo Hernández son los candidatos que se miden en este definitivo proceso de votación, donde por primera vez los partidos tradicionales que dominaron la política interna de la nación en los últimos dos siglos, han quedado fuera del juego.
En medio de la polarización que se presenta en lo que algunas encuestadoras califican como un proceso cerrado, la palabra “fraude” resuena como consecuencia de un sistema electoral que carece de controles y, cuyo voto, conteo y escrutinio, es manual.
A esta ausencia de controles se suma el clima de guerra interna y la existencia de poderosos carteles del narcotráfico que derivan en las amenazas contra votantes obligándolos a votar por un candidato, así como la práctica de la compra de votos.
Los candidatos coinciden
Este proceso electoral está marcado por los extremos, donde los colombianos deberán escoger entre una propuesta de centro izquierda, representada en el economista y exguerrillero del M-19, Gustavo Petro y la versión caribeña del populismo de Donald Trump, encarnado en la figura del empresario Rodolfo Hernández.
Ambos candidatos, considerados “outsider” en la política colombiana que había sido dominada por conservadores y liberales, han señalado las vulnerabilidades del sistema electoral de la nación neogranadina y han sembrado en el colectivo la sospecha de fraude.
“Se han presentado algunas irregularidades, porque las personas afirman que el lector de huella NO está funcionando, razón por la cual el proceso electoral se ralentizó, generando largas filas y congestiones en las mesas, poniendo barreras en el ejercicio del derecho constitucional al voto”, fue la denuncia realizada por Rodolfo Hernández en el pasado proceso electoral donde acumuló los votos para pasar a segunda vuelta.
Por su parte Petro ha sido más directo al denunciar manipulación de las actas, así como las amenazas contra votantes y la compra de votos.
“Donde ya terminaron escrutinios, la mayoría de mesas, los votos están en poder del CNE de mayoría uribista y de registradores departamentales, de mayoría uribista. No hay cadena de custodia transparente para esos votos. El reconteo sin transparencia es fraude”, fue una de las denuncias realizadas por el candidato progresista a través de su cuenta Twitter ocho días después de haberse realizado el proceso de elecciones legislativas, fecha en la que aún se realizaba el escrutinio de los sufragios.
ALERTA
Donde ya terminaron escrutinios, la mayoría de mesas, los votos están en poder del CNE de mayoría uribista y de registradores departamentales, de mayoría uribista. No hay cadena de custodia transparente para esos votos.
El reconteo sin transparencia es fraude
— Gustavo Petro (@petrogustavo) March 21, 2022
Sistema electoral vulnerable
Pero no solo los candidatos que participan en las contiendas electorales de Colombia son los denunciantes, tal y como lo demuestra la lluvia de denuncias que a través de las redes sociales se suscitan en torno a la manipulación de la voluntad de los votantes.
Uno de los casos viralizados fue el denunciado por el votante Felipe Tascón, donde da muestra de la reducción de 100 votos para Gustavo Petro, dejando constancia de las actas de la mesa y el registro del escrutinio.
EL FRAUDE DE LOS 100 VOTICOS: ejemplo en Duitama, E14 Petro con 138 votos, reducidos a 38 en el E24. ¿Cuántas fueron las mesas con este “código malicioso”? Registrador Vega ¿por esto es que ordenó cerrar rapido el escrutinio? pic.twitter.com/2JHgOn362k
— Felipe Tascón Recio (@felipetascon57) May 31, 2022
Igualmente, el senador por el Pacto Histórico (el partido del candidato izquierdista Gustavo Petro) Roy Barreras también cuestionó el resultado de las elecciones en Vichada, donde se impuso Hernández, argumentando que, por la escasa penetración del Internet en la región, «nadie tiene tik-tok. Nadie conoce a Rodolfo Hernández», quien incluso llegó a reconocer en público antes de los comicios que no sabía dónde quedaba la región, situada en la frontera con Venezuela.
Este creciente temor está afianzado en las innumerables irregularidades que se conocieron en las pasas presidenciales ganadas por el actual presidente Iván Duque, donde se señaló el forjamiento de actas, así como personas que fueron atrapadas con decenas de papeletas de votación, todas artimañas que favorecían al entonces candidato uribista.
Coacción de los votantes
A lo antes señalado, se suma la violencia que azota al país neogranadino en las regiones fronterizas, donde el narcotráfico y el paramilitarismo ejercen el control de amplias regiones como es el caso del Valle del Cauca dominada por el grupo paramilitar “Águilas Negras” que han emitido comunicados donde amenazan a los votantes de Petro.
https://twitter.com/ProgIntl_ES/status/1530028018210586629
En otras regiones, estos grupos ejecutaban toques de queda impidiendo la movilización de votantes, con mayor énfasis en las zonas donde existía la sospecha de votos hacia la fórmula presidencial del centro izquierdista.
La situación en Guachaca (Sierra Nevada de Santa Marta) se complejiza. Pese a que las autoridades hacen presencia y están instaladas las mesas, las personas no entran a votar por miedo y por un mensaje que está circulando vía WhashApp. pic.twitter.com/FQ73oW9Iz0
— Lerber Dimas Vásquez (@Lerberlisandro) March 13, 2022
Todo este ambiente de denuncias y violencia, visualiza un proceso electoral complejo donde quien resulte vencedor correrá el riesgo de un desconocimiento de la victoria por parte de su rival, y donde los resultados estarán bajo la sombra del fraude producto de un sistema electoral débil y una sociedad reprimida por diversos grupos que ejercen control en extensos territorios.