Citando como fuente a funcionarios del servicio de inteligencia de Estados Unidos (EE.UU.), el periódico The New York Times (NYT) reseñó este martes que un grupo pro-ucraniano estaría detrás de los sabotajes a los gasoductos rusos Nord Stream a finales de septiembre del año pasado.
De acuerdo al medio, estos nuevos informes de inteligencia representan la primera pista importante para el Gobierno de EE.UU. sobre quién fue el responsable del ataque con explosivos a los oleoductos que transportaban gas natural de Rusia a Europa, atravesando el mar Báltico.
Los informantes del NYT aseguraron que por ahora no existen evidencias de que el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, protegido y favorecido con armamentos por la administración de Joe Biden, esté relacionado con el atentado a la infraestructura energética rusa.
Aunque no profundizaron en detalles sobre los supuestos responsables del acto de sabotaje ni los financiadores, tampoco descartaron que los miembros del grupo atacante tuvieran “conexiones con el gobierno ucraniano o sus servicios de seguridad”.
“Es más probable que los explosivos fueran colocados con la ayuda de buzos experimentados que no parecen trabajar para servicios militares o de inteligencia”, refiere el artículo del NYT.
El influyente periódico precisó que no hay indicios de que Rusia esté involucrada en ese ataque. Las fuentes también negaron que algún ciudadano estadounidense o británico haya participado en el atentado con explosivos.
Investigación periodística
El pasado 8 de febrero, el ganador del premio Pulitzer en 1970, Seymour Hersh, develó cómo Washington ejecutó un plan para explotar el oleoducto.
El reportero publicó en su blog personal un artículo donde detalló las acciones tomadas por el Gobierno estadounidense contra la infraestructura. Según explicó, EE. UU. envió un grupo de buzos de la Marina a colocar los explosivos debajo del agua durante los ejercicios Baltops de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a mediados de 2022.
El 26 de septiembre, según el periodista, los noruegos activaron los explosivos causando serios daños a los ductos que conectan a Rusia con Alemania. La primera fuga se detectó cerca de la isla danesa de Bornholm.
Hersh aseguró que el presidente estadounidense, Joe Biden, aprobó el sabotaje tras más de nueve meses de debates secretos con su equipo de seguridad nacional.
“El presidente de EE.UU. prefirió que Alemania pasara frío a que el país pudiera decidir no apoyar la guerra de Ucrania. Creo que eso es algo devastador para la Casa Blanca”, apuntó el veterano reportero.
La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adrienne Watson, calificó de “falso y una completa ficción” la información que difundió Hersh, pero no presentó pruebas de lo contrario.
