Tras haber enviado en junio un cargamento superior a las 80 toneladas de armas a Ucrania, además de tener un equipo de supervisores militares en el país, Estados Unidos (EE.UU.) solo ha logrado dar cuenta de alrededor del 10% del arsenal enviado al país de Europa del Este.
La información fue suministrada al diario The Washington Post por funcionarios estadounidenses que pidieron mantener el anonimato y que además expresaron que solo pueden esperar lograr un “razonable” nivel de cumplimiento con las reglas de supervisión de EE.UU., y tendrá que estar satisfecho con “mayor que cero” garantías de sus colegas ucranianos.
Previamente, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) advirtió que las armas extranjeras pueden terminar en manos de delincuentes en Europa, refiere el portal web 101 noticias.
Revisión descontrolada
Según un informe al que tuvo acceso el medio, unos 22.000 sistemas de armas proporcionados por Estados Unidos, incluidos los misiles Stinger y Javelin, deben ser rastreados una vez que ingresan a Ucrania.
Sin embargo, los inspectores de EE.UU. solo han logrado realizar dos controles en persona en los últimos meses, verificando solo el 10% de este número. Sin estas verificaciones, la nación norteamericana depende de Ucrania para escanear paquetes de armas y enviar un registro de sus números de serie a Washington.
La evaluación referente a artículos más pequeños, como rifles y chalecos antibalas, la realiza un solo funcionario estadounidense en Polonia, quien aprueba todas las transferencias a Ucrania.
Mientras que los sistemas de armas más grandes, como las plataformas de artillería de cohetes HIMARS y los obuses M777, no están sujetos a inspecciones.
El informe del medio estadounidense se produjo horas después de que un funcionario del Pentágono dijera a los periodistas que las inspecciones en persona habían comenzado nuevamente por primera vez desde que comenzó la operación militar de Rusia en febrero.
Agujero negro
Durante todos estos meses, desde que inició el envío de armas a Ucrania, los informes de los medios estadounidenses sugirieron que Washington no tenía idea de dónde terminaban realmente sus envíos de armas.
Estas armas desaparecen “en un gran agujero negro” una vez que ingresan al país, dijo una fuente de inteligencia a CNN en abril, mientras que en agosto, CBS News citó a un proveedor de armas lituano diciendo que “como el 30% de (la ayuda militar a Ucrania) llega a su destino final”.
Desde febrero, EE.UU. ha proporcionado 18.000 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania. Previamente, el presidente ruso Vladimr Putin advirtió que esta afluencia de armas prolonga el conflicto y convierte a Estados Unidos en un participante de facto.
Armas de contrabando
Putin afirmó en octubre que “armas poderosas, incluidos sistemas portátiles de defensa aérea y armas de precisión”, están siendo sacados de contrabando de Ucrania y en el mercado negro.
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zajárova, también declaró que “hasta mil millones de dólares en armas se canalizan desde Ucrania a criminales, terroristas y extremistas cada mes”.
Ante esta situación, Interpol comparte la preocupación de Rusia por el asunto. En una sesión informativa en junio, el jefe de la agencia, Jurgen Stock, advirtió que el gran volumen de armas que se inyectan en Ucrania “conducirá a la proliferación de armas ilícitas en la fase posterior al conflicto”.
