El embargo ilegal contra Rusia alcanzó nuevos niveles y ahora arremete contra particulares, Estados Unidos (EE.UU.) incautó un superyate de propiedad rusa en Fiyi, y pretende sacarlo de la nación del Pacífico Sur.
El fallo judicial que ganó la administración de Biden está planteando dudas sobre hasta dónde es capaz de llegar la jurisdicción estadounidense en el extranjero, que ha construido la forma «legal» de hacer robo en otros países y que justifica su accionar por la operación militar en Ucrania.
No se conoce los motivos reales por los que el Tribunal Supremo levantó la orden de suspensión que había impedido hasta el momento que Washington se apoderada de la propiedad, pero el presidente de la corte, Kamal Kumar, argumentó que, en base a las evidencias, las posibilidades de que la defensa presentara un recurso que pudiese ser atendido por el alto tribunal eran “nulas o muy escasas”.
Kumar dijo que mantener la embarcación atracada en el puerto de Lautoka estaba “teniendo un alto costo para el gobierno”.
Sin embargo, la confiscación no termina aquí, un tribunal estadounidense emitió el pasado lunes órdenes de incautación para dos aviones propiedad de Roman Abramovich.
Un juez federal en Manhattan se justificó diciendo que los vuelos recientes violaron los controles de exportación impuestos por el país norteamericano, a pesar de que EE.UU. ha hecho público que sus autoridades buscan presionar a los líderes empresariales cercanos al presidente ruso, Vladimir Putin.
«A los oligarcas rusos como Abramovich no se les permitirá violar las regulaciones de exportación de Estados Unidos sin consecuencias», dijo el funcionario de Comercio John Sonderman en un comunicado.
Abramovich por su parte ha negado tener vínculos estrechos con el jefe de Estado ruso.
