La administración de Joe Biden declaró la viruela del mono como una emergencia sanitaria, sin embargo, las cárceles no están incluidas en el esquema de vacunación en el país norteamericano.
En un correo electrónico enviado a The 19th, Randilee Giamusso de la Oficina Federal de Prisiones (BOP) dijo que, debido a los suministros limitados, las prisiones federales no vacunarán a los encarcelados a menos que ya estén expuestos al virus.
El Departamento de Justicia se negó a comentar sobre cualquier plan para hacer cumplir el acceso a las vacunas en las prisiones estatales o en las cárceles de los condados y solo indicó que si las personas encarceladas las recibieron sería una cuestión de “elección personal”.
Una decisión que atenta contra la salud pública en general si se toma en cuenta que el virus se propaga a través del contacto estrecho y que empeora la situación en los recintos por la inadecuada atención médica refirió Aziza Ahmed, profesor de derecho y experto en temas legales de salud en la Universidad de Boston.
A finales de julio se registró en Chicago el primer caso en una cárcel estadounidense. “Al menos como mínimo, [la viruela del mono] requerirá vacunas y equipo de protección personal y lugares para aislar o poner en cuarentena”, resaltó Ahmed. “Las vacunas son realmente la línea de base”.
Si bien cualquiera puede contraer y transmitir el virus, hasta ahora ha afectado de manera desproporcionada a los hombres que tienen sexo con otros hombres. Los expertos dicen que es probable que ese también sea el caso tras las rejas, donde miles están hacinados y el sexo a menudo se intercambia por seguridad.
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Falta de equidad
Durante una entrevista para el portal Democracy Now, el doctor y exdirector médico de los Servicios de Salud Correccionales de la Ciudad de Nueva York, Homero Venters, expresó su preocupación por que en EE.UU. vuelva a repetirse el patrón de “falta real de equidad” para la distribución de las inoculaciones.
“Una de mis preocupaciones es que no habrá un rastreo de contactos adecuado para determinar a quién, solo en el escenario posterior a la exposición, se le debe ofrecer la vacuna, los entornos penitenciarios siempre están al final de la lista”, explicó.
En el mundo hay más de 21 mil casos de viruela del mono, al igual que cuando se propagó el Covid, EE.UU. tiene la cuarta parte de esas infecciones. Los latinos y los afroamericanos representan la parte mayoritaria de los contagios en EE.UU.
“Bueno, esto significa que el encarcelamiento masivo es una de las formas en las que tenemos un sistema que produce inequidad en todos los niveles de resultados de salud. Y aquí, estamos hablando de infecciones. Ya sabes, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y los departamentos estatales de salud han estado esencialmente ausentes tanto de la vigilancia de la salud de las personas que están tras las rejas como de la promoción de una mejor atención médica para ellos”.
