Luego de tres meses de la suspensión del diálogo entre el Gobierno venezolano y las oposiciones del país en México, Washington ha arreciado su política de chantaje hacia las autoridades venezolanas, condicionando el levantamiento de las ilegales medidas coercitivas unilaterales a la nación suramericana a cambio “de buenos resultados” en las negociaciones que fueron suspendidas tras el secuestro por parte de Estados Unidos del diplomático Alex Saab.
“Hemos dejado muy claro que Estados Unidos está dispuesto en aliviar la presión de sanciones en base a resultados en la mesa del diálogo”, ha dicho Juan González, director del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, en entrevista telefónica con Associated Press.
Esta postura, se contrasta con la posición asumida por la administración de Joe Biden, donde no hubo mención sobre esta posibilidad durante los meses en que estuvo instalada esta mesa que se suspendió por decisión del Gobierno venezolano al considerar que el secuestro del Enviado Especial de Venezuela, fue una patada a las negociaciones por parte de Estados Unidos.
«Esto lo hablamos con el Gobierno de EE.UU. La propia oposición, su coordinador Gerardo Blyde, lo habló en Washington con el Departamento de Estado y le dieron garantías a él, y a nosotros, de que no iban a llevarse a Alex Saab, nuestro diplomático, para que los diálogos siguieran fructíferos», reveló el presidente venezolano Nicolás Maduro el pasado 1 de enero en entrevista con Ignacio Ramonet.
Una agresión continuada
Durante la anterior administración de Donald Trump, este implementó numerosas medidas coercitivas económicas y restricciones de visas contra funcionarios venezolanos a manera de propiciar un cambio de régimen por la fuerza, estrategia que tuvo su ápice con la autoproclamación de Juan Guaidó como “presidente interino” bajo el auspicio y reconocimiento de Estados Unidos y sus aliados.
Al asumir el poder, el gobierno de Joe Biden, lejos de crear un consenso con la comunidad internacional, prosiguió con la aplicación de nuevas medidas coercitivas unilaterales, acciones que han impedido incluso la adquisición de insumos para el combate a la pandemia de la Covid-19.
González explicó que a diferencia de Trump, que consideraba a las medidas coercitivas unilaterales como una estrategia en sí misma para estrangular al gobierno de Maduro, para la administración Biden son “herramientas empleadas como parte de una política más amplia coordinada con otros socios internacionales”, es decir, no hay diferencia alguna entre esta administración o la anterior.
Recientemente, y evidenciando la fractura dentro del plan estadounidense con Guaidó, el Gobierno estadounidense celebró la victoria de la oposición en la gobernación del estado Barinas, hecho que fue calificado por Venezuela como un acto “hipócrita”, debido a los constantes llamados a la no participación en el proceso electoral que realizó la administración Biden.