Una investigación del reconocido periodista Seymour Hersh, ganador del Pullitzer, develó que Estados Unidos (EE.UU.) planeó en secreto el bombardeó a los gasoductos Nord Stream mucho antes del inicio de la operación especial rusa en Ucrania.
La administración de Joe Biden hizo todo lo posible para evitar que la información se filtrara, por ello mantuvo reuniones secretas con el equipo de seguridad nacional de Washington durante nueve meses, desde mediados de 2021 hasta inicios de 2022.
«Durante gran parte del tiempo, el problema no era si llevar a cabo la misión», sino cómo llevarla a cabo sin dejar pruebas evidentes de quién era el responsable, aseguró el periodista.
La Casa Blanca confió entonces en los graduados de la escuela de buceo del centro de ciudad de Panamá. Los buzos eran solo de la Marina de EE.UU. y no miembros del Comando de Operaciones Especiales, cuyas operaciones encubiertas deben ser informadas al Congreso y con anticipación a los líderes del Senado y la Cámara.
Estos buzos están capacitados para volar plataformas petroleras extranjeras, obstruir válvulas de admisión de centrales eléctricas submarinas y para destruir esclusas de canales de navegación cruciales, refiere la investigación.
El artículo detalla que la Marina propuso utilizar un submarino, la Fuerza Aérea bombas con fusibles retardados, pero fue la CIA quien insistió en un método encubierto.
IMPORTANTE: Esta exclusiva del legendario periodista Seymour Hersh revela que Estados Unidos fue el autor material de la voladura de los gasoductos Nordstream el pasado mes de junio, con la ayuda de Noruega. (HILO)https://t.co/p0PNjt0oGf
— Helena Villar (@HelenaVillarRT) February 8, 2023
Ejecución del plan
El verano pasado, bajo la cobertura de los ejercicios BALTOPS 22 de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), los buzos estadounidenses colocaron los explosivos en el Mar Báltico, que tres meses después serían activados de manera remota destruyendo tres de los cuatro oleoductos Nord Stream, según una fuente con conocimiento de la planificación operativa.
Por varios meses, esta ruta directa permitía a Rusia enviar gas natural a Europa sin necesidad de transitar Ucrania, Alemania era el país más beneficiado, disfrutó de una abundancia de gas ruso barato, suficiente para hacer funcionar sus fábricas y calentar sus hogares, al tiempo que permitía a los distribuidores alemanes vender el exceso a un precio razonable, es decir un beneficio en toda Europa occidental.
“El secreto para EE.UU. era esencial” sostiene Hersh, ya que una acción guerrerista como ésta, violaría las promesas del país norteamericano minimizar el conflicto directo entre Rusia y Ucrania.
La investigación revela que la operación se llevó a cabo con la ayuda de Noruega, base de la misión. Hersh recuerda que el ejército de Estados Unidos amplió enormemente su presencia en ese país. De hecho, fueron los noruegos quienes recomendaron dónde colocar los explosivos.
El 26 de septiembre, un avión de la armada de Noruega dejó caer una boya de sónar que activó los artefactos. Políticos estadounidenses habían manifestado sus intenciones de querer destruir los gasoductos en meses anteriores, pero después de lo sucedido todos lo negaron.