El Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) dejó claro este martes su uso de la Convención de Viena como herramienta de ocasión, al establecer marcadas diferencias entre el tratamiento de sus ciudadanos detenidos en China y Rusia.
En el caso de los estadounidenses encarcelados en China, el portavoz del Departamento de Estado (DoS) Vedant Patel, se mostró parco y se abstuvo de entrar en detalles sobre “cómo nos comprometemos a liberar a los estadounidenses detenidos ‘injustamente’ o los detalles de nuestros compromisos diplomáticos”.
Sin embargo, sobre los connacionales privados de libertad en Rusia, Patel se apresuró a hablar del caso de Paul Whelan, acusado de espionaje, afirmando que “hemos sido muy claros al decir que hay una oferta sobre la mesa con la Federación Rusa, y que la Federación Rusa debería aceptarla, pero esto no influye ni es indicador alguno de la situación de otros casos”.
Abro Hilo 🧵
Veamos la recientes declaraciones del Portavoz de @StateDept Vedant Patel @StateDeputySpox sobre los estadounidenses detenidos en Rusia y China:
Del detenido en China expresa: “No voy a entrar en detalles de cómo nos comprometemos a liberar a los estadounidenses… pic.twitter.com/TSMJROSKVl
— Indhriana (@indhriana) May 23, 2023
Todos no son iguales
Estas declaraciones de Patel se producen el mismo día del aplazamiento hasta el 30de agosto del juicio contra el reportero del Wall Street Journal (WSJ), Evan Gershkovich, detenido el pasado 30 de marzo en Ekaterimburgo, con base en el artículo 276 sobre el delito de espionaje del Código Penal.
Gershkovich ahora es una nueva pieza en el ajedrez diplomático de Washington junto con Whelan, y permanecerá encarcelado por al menos tres meses más en espera de juicio, a solicitud de los investigadores del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB).
El portavoz del DoS dijo en rueda de prensa que “el acceso consular sigue siendo una de las cosas por las que seguimos presionando, no solo en el caso de Evan (Gershkovich) sino también en el de Paul Whelan”, tal como lo establece la Convención de Viena, de la que ambos países son signatarios, independientemente del estatus actual de las relaciones entre la Casa Blanca y el Kremlin.
De hecho, el derecho a la visita consular está garantizado incluso en la ausencia de cónsules ente el Estado captor y el Estado del cual el prisionero es ciudadano, situación en la que se acude a la figura del Enviado Especial, persona designada por los jefes de Estado para tratar este tipo de asuntos, como es el caso de Venezuela y su diplomático Alex Saab, detenido ilegalmente en EE.UU.
Alex Saab y los mercenarios
Alex Saab fue detenido en Cabo Verde a solicitud de EE.UU. el 12 de junio de 2020 y extraído ilegalmente hacia Miami, Florida, el 16 de octubre del año siguiente. Desde el primer día, el Gobierno venezolano ha solicitado visita consular para Saab en más de 10 oportunidades, las cuales no han recibido respuesta.
La negación de los derechos humanos y consulares a Saab contrasta con el trato recibido por los representantes de la administración de Joe Biden que se trasladaron a Caracas para reunirse con el presidente Nicolás Maduro, e incluso visitaron a los estadounidenses juzgados y condenados en Venezuela por su participación en la fallida Operación Gedeón, constatando su estado de salud.
Lo anterior demuestra cómo EE.UU. instrumentaliza políticamente el derecho internacional, y mientras condiciona el reconocimiento de la inmunidad diplomática de Alex Saab a un capricho basado en la Doctrina Monroe, apela a la misma Convención de Viena para negociar con Rusia la liberación de sus ciudadanos que considera de mayor valía.