Este jueves, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos (EE.UU.), anunció a través de un comunicado la aplicación de “sanciones” contra el empresario libanés Ahmad Yalal Reda Abdalá y cinco de sus socios, por vínculos con el Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano (Hezbolá).
Ocho de las empresas de Reda Abdalá en Líbano e Irak han sido agregadas a la llamada “lista negra” de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro.
De acuerdo al anuncio oficial, EE.UU. señala a Reda Abdalá de pertenecer a Hezbolá, ser miembro activo de su red financiera global y apoyar al movimiento libanés durante décadas, realizando actividades comerciales en varios países donde las ganancias se transfieren al grupo.
En el marco de las “sanciones” anunciadas, se congela cualquier activo de Reda Abdalá y sus asociados en territorio estadounidense y se convierte en un delito potencial para sus ciudadanos hacer negocios con las personas y entidades incluidas en la lista negra.
Presión contra Hezbolá
Estas restricciones son parte de la política ejercida desde Washington para tratar de reducir la popularidad de Hezbolá en Líbano, que incluye presiones sobre los países europeos para que declaren a este movimiento como organización terrorista.
También ha aplicado varias medidas coercitivas unilaterales (MCU) contra individuos y entidades relacionados con Hezbolá, alegando que se trata de una agrupación terrorista, motivo por el cual el líder de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, y su vicesecretario general, el sheij Naim Qasem, se encuentran también en esa lista negra.
Sigue la resistencia
Entretanto, los líderes de Hezbolá han restado importancia a dichas medidas, al considerarlas una medalla de honor a la Resistencia. De hecho, Nasralá afirma que la Resistencia libanesa seguirá luchando contra los grupos terroristas y contra la ocupación de Palestina por el régimen israelí.
Esta nueva tanda de sanciones por parte de EE.UU. llega en momentos en que este movimiento y sus aliados ganaron casi la mitad de los escaños —62 curules de los 128 que forman el poder Legislativo de El Líbano— en las elecciones parlamentarias que se celebraron el domingo.