Yerlán Turgumbáyev, ministro de Interiores de Kazajistán, informó que la situación en el país centroasiático se mantiene bajo control al igual que todos los edificios de las administraciones locales que fueron invadidos por los insurgentes.
Comunicó que todas las regiones del país donde se registraron disturbios este domingo están estabilizadas.
De acuerdos a reportes de las autoridades, 16 agentes de la Policía, militares de la Guardia Nacional y del Ministerio de Defensa de Kazajistán murieron durante los disturbios y más de mil 300 personas resultaron heridas.
Además las fuerzas del orden detuvieron a cerca de 5.800 personas, muchas de ellas extranjeras, y fueron iniciados 125 procesos penales, aseguró el servicio de prensa presidencial.
Turgumbáyev señaló que durante las manifestaciones de los últimos días la situación más difícil se registró en Almaty, la antigua capital del país, donde el 5 de enero cerca de 20 mil personas tomaron la sede del Gobierno local, refiere Prensa Latina.
Al respecto fue despedido y detenido Karim Masímov, exjefe de Inteligencia por «alta traición», ya que habría permitido el paso de los manifestantes violentos.
Además se le acusó de organizar y permitir campos de entrenamiento de grupos irregulares en el país.
“Antes del ataque las cámaras de seguridad fueron desactivadas, pusieron barricadas en las carreteras y puestos de observación en los perímetros. Para coordinar las acciones, utilizaron las estaciones de radio”, explicó.
Las protestas en Kazajistán comenzaron el 2 de enero en las ciudades de Zhanaozen y Aktau, de la región de Manguistau, por los altos precios del gas licuado.
A partir del 1 de enero, el precio del litro de gas licuado subió a 120 tenge (0,27 dólares) y pidieron reducirlo a 50-60 tenge (0,11 – 0,13 dólares). A pesar de congelar el precio por 180 días, las protestas continuaron.
