Un deslizamiento de tierra ocurrido en la madrugada de este viernes en un campamento no autorizado en Batang Kali, Malasia, dejó al menos 23 fallecidos y 10 personas desaparecidas, mientras los cuerpos de rescate continúan las labores con la esperanza de encontrar sobrevivientes.
El jefe de bomberos del estado de Selangor, Norazam Khamis, detalló que este sábado fueron localizados los cuerpos de una madre y su hijo, enterrados bajo un metro de lodo y escombros, y que algunas personas podrían salvarse si se agarran a ramas o rocas, aunque las probabilidades son escasas.
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Las autoridades malayas precisaron que 94 personas dormían en el campamento en una granja orgánica la madrugada del viernes cuando la tierra cayó de un camino a unos 30 metros por encima de ellos y cubrió aproximadamente 1 hectárea.
Las 23 víctimas contabilizadas incluyen seis niños y 13 mujeres, en su mayoría de familias que disfrutaban de unas cortas vacaciones durante las vacaciones escolares de fin de año, reseñó AP.
Tragedi Batang Kali: ‘Hero’ operasi mencari dan menyelamat.
Khidmat 7 anjing daripada Unit Pengesan (K9) antara yang menjadi tunjang utama membantu mempermudahkan operasi mencari dan menyelamat di tapak kejadian tanah runtuh di Batang kali, Selangor.@BuletinTV3 pic.twitter.com/YcHsfiejaN
— Ima Liana Esa (@imalianaNewsMPB) December 17, 2022
Tragedia
Una madre y su hija pequeña fueron encontradas el viernes, otras siete personas fueron hospitalizadas y decenas más, incluidos tres singapurenses, fueron rescatadas ilesas.
Los rescatistas trabajan para peinar los escombros a una profundidad de hasta 8 metros, se desplegaron excavadoras para limpiar el lodo y los árboles caídos y se enviaron perros de rescate para olfatear posibles signos de vida y cadáveres.
Aproximadamente 450.000 metros cúbicos de escombros, suficientes para llenar 180 piscinas olímpicas, golpearon el campamento.
Aunque no se ha determinado la causa exacta del deslizamiento de tierra, que se produjo sin previo aviso, posiblemente fue ocasionado por el movimiento del agua subterránea mientras las lluvias monzónicas de fin de año desestabilizaban el suelo.
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Sin licencia
Los sobrevivientes relataron que escucharon un ruido atronador y sintieron que la tierra se movía antes de que el suelo se derrumbara sobre sus tiendas. El gobierno ordenó que todos los campamentos en todo el país que se encuentran cerca de ríos, cascadas y laderas se cierren durante una semana para evaluar su seguridad.
Los funcionarios dijeron a la prensa local que los propietarios no tenían licencia para operar un campamento en la finca de Batang Kali, un sitio recreativo popular en las afueras de la capital, por lo que su operador enfrenta hasta tres años de prisión y una multa.
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