La economía alemana entró en un preocupante período de desaceleración, experimentando tres trimestres consecutivos de crecimiento negativo hasta finales de junio, confirmó el gobierno federal, en medio de las pugnas internas que amenazan su estabilidad política.
El Producto Interno Bruto (PIB) del país se redujo en un 0,5% lo que tendrá un impacto negativo en otras economías europeas más frágiles, sugieren expertos de la consultora financiera Capital Economics, quienes emitieron un desalentador pronostico, anticipando una prolongación de esta tendencia durante al menos otro semestre.
Atribuyen esta debilidad económica al bajo consumo de los hogares, la contracción de la inversión y las perspectivas poco alentadoras.
Sin embargo, este clima económico difícil es solo parte de la problemática. Las tensiones internas en el gobierno alemán también han estado en el centro de atención.
El canciller Olaf Scholz lidera una coalición compuesta por partidos con enfoques políticos divergentes, incluidos los Verdes, tradicionalmente de izquierda, y los Demócratas Libres, de orientación pro empresarial. Estas diferencias se ven reflejadas en disputas sobre temas clave, como la transición a la energía renovable y la reducción de impuestos a las empresas.
También son notorios en asuntos como la sustitución de sistemas de calefacción domésticos basados en combustibles fósiles, que generaron discusiones a principios de año.
Gobierno promete reactivación económica
Este miércoles Olaf prometió la reactivación de la economía del país. En un esfuerzo por abordar estas tensiones y revitalizar la economía, el gobierno presentó planes para impulsar inversiones “amigables” con el clima, aliviar la carga fiscal de las empresas y simplificar la burocracia. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, los desafíos persisten.
La coalición, según el canciller, también está trabajando en cuestiones sociales y de reforma, como la legalización del cannabis y la facilidad de cambio de género en registros oficiales. A pesar de estos avances, las encuestas sugieren que la «coalición progresista» no logra comunicar sus logros de manera efectiva a la población.