La subida de los tipos de interés anunciadas por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, por sus siglas en inglés), ha generado inquietud entre los ciudadanos, por las alarmas de una posible crisis hipotecaria.
La última registrada en el país norteamericano tuvo lugar entre 2007 y 2008, cuando se desembocó una ejecución masiva de hipotecas de quienes no podían pagarlas y una caída de los precios.
Expertos citados por Efe, estiman que el mercado inmobiliario se «enfriará» y es previsible que el número de operaciones descienda, sin embargo los precios no bajarán.
La Fed anunció su último ajuste en las tasas de interés el pasado mes de septiembre, otros 0,75 puntos, y el quinto en lo que va de año para combatir la inflación, pero con el endeudamiento de los estadounidenses, que ahora deberán pagar más para adquirir bienes a largo plazo.
De esta manera, la tasa de interés oficial pasó a situarse entre el 3 y el 3,25 %, el nivel más alto en los últimos 14 años.
El presidente de la Fed, Gerome Powell, confirmó que la tendencia al alza continuará en los próximos meses hasta que se logre el objetivo de controlar la subida de precios, que en agosto se situó en el 8,3 %.
Según datos de la división de investigación de la Reserva Federal de San Luis, las hipotecas a tipo fijo a treinta años se están vendiendo esta semana al 6,7 % de media, una cifra que duplica a la de comienzo de año, del 3,22 %.
El profesor del Instituto de Negocios de la Universidad de Ohio, Itzhak Ben-David, reconoció que «es muy difícil anticipar el impacto que habrá. Puede haber una leve desaceleración, pero es difícil de predecir y la situación puede cambiar de un momento a otro».
La Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios pronosticó que 2022 cerrará con una subida del 10%. En agosto, el precio medio de la vivienda subió el 7 % interanual, hasta los 389.500 dólares.