El gas y la energía nuclear tienen ahora una etiqueta verde, y forman parte de la lista clasificatoria de actividades económicas que contribuyen a la reducción de emisiones de CO2.
La Comisión Europea aprobó este miércoles el reglamento sobre la llamada Taxonomía Verde, incluyendo las centrales eléctricas de gas y nucleares como «medios de transición» hacia una economía descarbonizada o ecológica.
La decisión generó polémica entre un grupo importante de países que se oponen a esta medida en el marco del proyecto de reglamento sobre la mitigación y la adaptación al cambio climático.
Después de meses de negociación, se impuso la visión de Francia y Alemania. El primero depende por entero de la energía nuclear, que constituye el 75 % de su matriz energética, mientras que el segundo lo hace del gas, reseña RT.
Estas naciones defienden el argumento de que las fuentes renovables actuales no permitirán todavía cubrir las necesidades de electricidad.
La importancia de este etiquetado es que pretende ser una orientación para los inversores, canalizando el capital a actividades sostenibles. Las tecnologías energéticas pueden atraer inversiones multimillonarias por parte del sector privado en los próximos años.
Tanto el gas y la energía nuclear deberán cumplir estrictas condiciones, como sustituir a otras alternativas más contaminantes como el carbón.
En el caso del gas, se eliminan los objetivos intermedios de reducción de emisiones que ya existían y se mantiene solo el límite de 2035 para sustituir el gas por un combustible renovable. En cuanto a las nucleares, deberán haber asegurado sistemas de depósito de residuos radiactivos a gran profundidad antes de 2050.
«Están en consonancia con los objetivos climáticos y medioambientales de la UE y ayudarán a acelerar el cambio de los combustibles fósiles sólidos o líquidos, incluido el carbón, hacia un futuro climáticamente neutro», aseveró Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión