La Asociación de Prensa Extranjera (FPA, por sus siglas en inglés) acreditada en Israel y Palestina condenó el asesinato a sangre fría de la reportera de Al Jazeera, Shireen Abu Akleh, a manos del Ejército israelí.
Un comunicado de los profesionales de la comunicación señaló que la FPA está “consternada y profundamente conmocionada por el asesinato de la veterana reportera”.
El escrito aseguró que Abu Akleh “vestía un chaleco antibalas con la etiqueta ‘prensa’ y formaba parte de un grupo claramente identificado como periodistas cuando recibió un disparo en la cabeza”, presuntamente por un francotirador israelí que se encontraba en el campo de refugiados de Yenín.
“Dado el pobre historial de las fuerzas de seguridad israelíes en la investigación de la violencia contra los periodistas, instamos a una pronta investigación con absoluta transparencia”, exhortó el colectivo de comunicadores.
Sindicato de Periodistas Palestinos
En esa misma línea, el Sindicato de Periodistas Palestinos (PJS) reseñó en una nota oficial que el asesinato de Shireen Abu Akleh fue “deliberado y planeado” por el Ejército israelí.
“Hay algunos testimonios de los periodistas que estaban con ella cuando la mataron, diciendo que se movían en grupo, todos con ropa de periodista y claramente identificados cuando les dispararon los francotiradores israelíes, eran el único grupo en la calle. No hubo manifestantes ni intercambio de disparos”, aseguró el sindicato.
Al Jazeera
Por su parte, Giles Trendle, director gerente de Al Jazeera en inglés, dijo que la agencia de noticias estaba “conmocionada y entristecida” por la muerte de Abu Akleh y pidió una investigación transparente sobre su asesinato.
“Como periodistas, seguimos adelante. Nuestra misión es seguir adelante. No seremos silenciados a pesar de los intentos de silenciarnos. Nuestra misión es seguir informando al mundo de lo que está pasando. Y eso es más importante que nunca”, enfatizó.
Shireen Abu Akleh cubría una operación militar que llevaba a cabo el Ejército israelí en el campo de refugiados de Yenín, al norte de Cisjordania ocupada, para supuestamente arrestar a varios palestinos. En un intercambio de disparos, una bala la alcanzó en la cabeza y le segó la vida.