El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, aseveró que las acciones de los Estados Unidos (EE.UU.) contra entidades del país asiático por asuntos relacionados con Xinjiang carecen de «cualquier fundamento».
El funcionario también aseguró que las sanciones contra empresas e instituciones chinas violan las reglas del libre comercio y amenazan la seguridad de las cadenas de suministro mundiales.
El Departamento de Comercio de EE.UU. impuso restricciones comerciales contra la Academia de Ciencias Médicas Militares de China y 11 de sus institutos de investigación, que, según las autoridades estadounidenses supuestamente utilizan procesos biotecnológicos para «apoyar los usos y usuarios finales militares chinos, para incluir un supuesto armamento de control cerebral».
Por su parte, Gina Raimondo, secretaria de Comercio afirmó que Pekín está optando por utilizar biotecnologías «para perseguir el control sobre su gente y la represión de miembros de grupos minoritarios étnicos y religiosos», refiere RT.
«No podemos permitir que los productos básicos, las tecnologías y el ‘software’ de Estados Unidos que apoyan la ciencia médica y la innovación biotecnológica se desvíen hacia usos contrarios a la seguridad nacional de Estados Unidos», agregó Raimondo.
Igualmente, el Departamento del Tesoro de EE.UU. incluyó a 8 compañías tecnológicas chinas en una lista negra que prohíbe a ciudadanos estadounidenses realizar inversiones en algunos de sus valores cotizados en bolsa.
Las nuevas restricciones se aplican al fabricante de drones DJI Technology Co Ltd, Megvii Technology Limited, Xiamen Meiya Pico Information Co Ltd, entre otras. Todas ellas son consideradas por Washington como «firmas del complejo industrial militar chino».
