El ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, negó este martes que su país vendiera armas a Rusia y destacó que la política asiática hizo «un juicio independiente» y «apostado por la paz» en Ucrania.
#China niega haber vendido armas a #Rusia.
El canciller chino, Qin Gang, aseguró que su país ha hecho "un juicio independiente" de la guerra y apuesta por la paz en Ucrania.
El ministro aseguró que la cercanía de Moscú con Pekín no es una amenaza para ningún país. /jr pic.twitter.com/8NwEawrn6x
— DW Español (@dw_espanol) March 7, 2023
Durante una rueda de prensa sobre la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular, Gang presentó la interrogante: «¿Qué ha hecho China para ser amenazada o presionada con respecto a esta crisis? No estamos involucrados directamente ni hemos proporcionado armas. Hemos publicado un documento con propuestas para la paz”.
En febrero, el secretario de Estado de Estados Unidos (EE.UU.), Antony Blinken, afirmó tener pruebas sobre la intención de China de suministrar armas a Rusia en su conflicto con Ucrania, situación que el Gobierno chino ha rechazado reiteradamente.
El Ministro chino agregó que «hay una mano invisible que está provocando la crisis en Ucrania”, en una frontal referencia a Estados Unidos, de acuerdo con la agencia DW, e indicó que «es un momento crítico”.
«Hay quien apuesta por la paz, y hay quien echa leña al fuego. Nosotros estamos en el lado de la negociación, de la desescalada, de la paz, dijo.
Resolución de la ONU
China fue una de las naciones que se abstuvo de votar en la resolución de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en condena a la operación militar desarrollada por Rusia en Ucrania.
En noviembre del año pasado, la Asamblea General de la ONU, integrada por 193 países, adoptó una resolución que exige a Rusia el pago de reparaciones por las acciones en Ucrania, avalada por 94 países, con 14 en contra, y 73 abstenciones.
Por otra parte, el Gobierno chino emitió recientemente una declaración sobre lo que denomina «conflicto» en el que defiende el respeto a la soberanía de todos los países, el abandono de la «mentalidad de guerra fría» y un alto el fuego, así como una llamada a la «moderación» para «evitar que la situación se descontrole» y derive en un conflicto nuclear, propuesta criticada por los países de Occidente.
