Este jueves, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, declaró que los europeos deben estar dispuestos a «pagar un precio para mantener el apoyo a Ucrania y la unidad».
En una entrevista concedida a El País, el jefe de la diplomacia europea aseveró que “hay que explicar a nuestros ciudadanos que la de Ucrania no es una guerra de los demás (…) Estamos en guerra: esas cosas no son gratis, aunque sí hay que tratar de repartir los esfuerzos de forma equitativa», mientras los ciudadanos europeos sufren los efectos de las “sanciones” contra Rusia.
En ese sentido, Borrell reclamó específicamente a España “solidaridad” con los países más dependientes del gas ruso, en virtud de su negativa a acatar el recorte de 15% impuesto por la Comisión Europea (CE) y pide un compromiso de todos los partidos con el ahorro energético.
«Debemos prepararnos para un posible corte del gas, principalmente a través del ahorro, la diversificación y la solidaridad entre nosotros», advirtió el representante diplomático del bloque europeo.
Larga duración
Asimismo, el político español afirmó que «los europeos tenemos que estar dispuestos a enfrentarnos a un conflicto de larga duración, buscando soluciones políticas. Cuando alguien me dice que dejemos de ayudar a Ucrania porque así duraría menos la guerra, mi pregunta inmediata es si nos da igual cómo acabe esa guerra», agregó.
En ese sentido, Borrell señaló que «nuestro objetivo es que cuando llegue la hora de negociar, Ucrania llegue en las mejores condiciones. Y eso pasa por la defensa de su territorio», dijo.
Tormenta perfecta
El presidente finlandés, Sauli Niinisto, declaró la semana pasada que, ante una inminente crisis energética y una posterior recesión económica, los países de la UE tendrán que acostumbrarse a que sus economías dejen de crecer año tras año.
Por su parte, el propio Borrell advirtió anteriormente que existe una «verdadera incertidumbre» sobre el volumen requerido de gas en los países del bloque para este invierno y la capacidad de los ciudadanos para pagar por él.
Debido a esta alza de los precios, junto a la ralentización del crecimiento económico y la cercanía del invierno, el alto cargo europeo reconoció que los países del bloque se enfrentan a «una tormenta perfecta».