El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que está dispuesto a conceder asilo político a Jeanine Áñez, protagonista del golpe de Estado en Bolivia contra el expresidente Evo Morales.
“Brasil está poniendo en práctica el tema de las relaciones internacionales, los derechos humanos, a ver si trae a Jeanine Áñez, le ofrecemos cobijo aquí en Brasil. Es una injusticia para una mujer encarcelada en Bolivia”, dijo.
Añez fue condenada a 10 años de prisión por asumir la presidencia boliviana sin cumplir los requisitos constitucionales necesarios en noviembre de 2019, apenas dos días después que Morales fuese obligado a dimitir.
A inicios de junio, la ministra de la presidencia de Bolivia, María Nela Prada, dijo que el Gobierno de su país apelará ante la justicia para aumentar la sentencia contra la expresidenta de facto, para que se le enjuicie también por las protestas posgolpe que dejó decenas de muertos en el país suramericano.
Brasil y su complicidad ¿remordimiento?
Jair Bolsonaro confesó en meses anteriores que se había reunido con la expresidenta de facto, Jeanine Añez, durante las protestas en Bolivia, lo que intensificó las sospechas sobre el apoyo del gobierno brasileño al golpe de Estado de Bolivia y de la acción internacional en apoyo a este proceso, hecho que respaldaría la decisión de Brasil de darle asilo.
Las sospechas involucran vuelos clandestinos, la fuga de ministros y posiblemente la entrega de armas. Desde noviembre de 2019 a diciembre de 2020, el avión presidencial boliviano que solo puede despegar con autorización del jefe de Estado o con él a bordo, voló frecuente y clandestinamente a Brasil.
Diputados brasileños solicitaron acceso a registros y expedientes producidos en reuniones entre Bolsonaro, Jeanine Añez y Luís Fernando Camacho, líder político de Santa Cruz de La Sierra y apodado como el ‘Bolsonaro de Bolivia’. Él, que llegó al poder con Añez, fue recibido en 2019 por el entonces ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araújo.
