Berlín aspira ser la sede de los Juegos Olímpicos de 2036, pese a las críticas de quienes ven en dicho deseo una suerte de celebración del centenario de los “juegos nazis” realizados en la capital alemana en 1936.
El alcalde de Berlín, Kai Wegner, y su senadora de deportes, Iris Spranger consideran que la ciudad está lista para el evento, por lo cual se firmó esta semana la correspondiente declaración ante la Confederación Alemana de Deportes Olímpicos (DOSB).
Mit einer Absichtserklärung gegenüber dem #DOSB will der Senat #Berlin offiziell als Kandidat für die #Olympia-Bewerbung 2036 oder 2040 anmelden.https://t.co/iTjKsXDdIf
— rbb|24 (@rbb24) November 13, 2023
Críticas
De ganar la candidatura, Berlín acogería los Juegos Olímpicos exactamente 100 años después del evento deportivo organizado para glorificar al nazismo y su líder, Adolf Hitler.
El historiador Oliver Hilmes, expresó en el diario Tagesspiegel que «da la extraña impresión de una celebración centenaria«, por lo que sería necesario un acompañamiento especial para categorizar el contexto histórico.
La oposición en el Senado berlinés criticó el proyecto por otros motivos: los Verdes señalaron el estado, a veces precario, de las instalaciones deportivas berlinesas y la gran necesidad de renovación de campos de deporte, gimnasios y piscinas.
«Antes de invertir miles de millones en un gran acontecimiento deportivo, debemos concentrarnos en poner en forma nuestras instalaciones y clubes deportivos», declaró Klara Schedlich, portavoz de política deportiva de los Verdes de Berlín.
(6) Die Bewerbung für und Durchführung von olympischen und paralympischen Spielen in Berlin und Deutschland ergeben nur Sinn, wenn die gesamte Stadt und der gesamte Sport davon nachhaltig profitieren.
— Klara Schedlich MdA (@KlaraSche) November 14, 2023
Deporte y propaganda
Los JJOO de 1936 tuvieron la participación de 4.000 atletas de 49 países, un récord para la época. El evento deportivo significó un importante despliegue de propaganda para los nazis, que hasta entonces habían mostrado una cara pacífica al resto del mundo.
La sede fue adjudicada a Berlín en 1931, cuando aún era la República de Weimar, y en 1933 el gobierno de Hitler declaró que los Juegos estaban abiertos a «todas las razas y confesiones».
Sin embargo, en 1935 se aprobaron las leyes raciales de Núremberg, que dejaron clara la ideología antisemita y racista del régimen, por lo que se planteó un boicot a la cita deportiva.
Al final la idea no prosperó y Hitler finalmente pudo ver en primera fila al afroestadounidense Jesee Owens ganar cuatro medallas de oro en atletismo. Justicia poética.
Jesse Owens Winning 100m Gold as Hitler Watched at 1936 Olympics. Putting to dust his aryan race theory pic.twitter.com/3Of4YGlT2O
— 21st Century Socrates (@x_socrates1) November 12, 2023
Economía y sanciones contra Rusia
La actual senadora de Economía de Berlín, Franziska Giffey, también ve como una gran oportunidad la celebración de los Juegos Olímpicos en la capital, y aseguró que “el efecto económico se sentirá en todo Berlín”.
Sin embargo, debido a las restricciones de entrada para algunos países en respuesta a la guerra en Ucrania, Alemania no sería una opción como anfitriona por el momento.
«El Comité Olímpico Internacional (COI) sólo puede organizar unos Juegos donde se respeten sus reglas. Esto incluye que todos los participantes acreditados por el COI puedan entrar en el país», dijo Thomas Bach, presidente del organismo.
Selbst wenn man glaubt, Olympische Spiele 100 Jahre nach 1936 in Berlin seien eine gute Idee, will man die Spiele doch nicht von einem Thomas Bach zugeschanzt bekommen!
— ThoScho (@ThoScho) May 20, 2023