El presidente de la República Árabe Siria, Bashar al-Asad, afirmó este jueves que su país y Rusia «luchan contra un enemigo común”, alegando que “Estados Unidos (EE.UU.) es el que dirige a los terroristas y neonazis”, por lo que la principal y mayor batalla es contra las políticas hegemónicas de Occidente.
“Occidente se cree el ombligo del mundo y manda según sus intereses. Por eso, los países que defienden su soberanía deben tener fuertes lazos entre sí”, dijo el mandatario sirio en declaraciones ofrecidas durante una reunión mantenida en Damasco con una delegación conjunta de la Federación de Rusia y la República Popular de Donetsk.
Al-Asad felicitó la liberación de la mayor parte de la región de Donbás al este de Ucrania por las tropas rusas y expresó la disposición de Damasco a elevar las relaciones al nivel político con la República Popular de Donetsk.
Naciones víctimas de sanciones
La delegación conjunta, encabezada por el diputado Dmitry Sablin, jefe del grupo parlamentario de Amistad Siria-Rusia; y la ministra de Asuntos Exteriores de Donetsk, Natalia Nikonorova, manifestó su voluntad para cimentar los nexos con la nación árabe en todos los ámbitos.
La representación hizo hincapié en que los problemas del pueblo de Donbás, por lo que están luchando, son similares a los del pueblo sirio, pues los dos son víctimas de las sanciones y embargos de los países occidentales.
Nikonorova, por su parte, entregó a Al-Asad un mensaje del presidente de Donetsk, Denis Pushilin, en el que ratifica su deseo de consolidar los lazos con el país levantino, idea acogida por el mandatario sirio.
En el marco de la reunión, también abordaron los últimos acontecimientos en Donbás y los avances de la operación militar de Rusia en la zona.
El Gobierno de Siria cree que la operación militar de Rusia beneficia a todas las naciones y devolverá al mundo a su camino correcto, por lo que respalda el derecho de la nación euroasiática a defenderse a sí misma y a su tierra, pueblo, fronteras y seguridad nacional, frente a las amenazas de la Alianza Atlántica y los neonazis en Ucrania.
