El cantante puertorriqueño Benito Martínez Ocasio, conocido como Bad Bunny, enfrenta una demanda por 40 millones de dólares por parte de su exnovia Carliz De la Cruz Hernández.
De la Cruz acusa al intérprete de usar una grabación de su voz en dos de sus canciones sin permiso, por lo que lo demandó por derechos de imagen, morales de autor y daños y perjuicios.
La joven, quien mantuvo una relación con el artista en 2011 cuando trabajaban en un supermercado y los dos hacían música, alega que grabó en su teléfono la frase: «Bad Bunny baby» en 2015, antes de que él se hiciera famoso y antes de que se separaran.
La frase apareció en el sencillo del puertorriqueño «Pa Ti» en 2017, que ha tenido más de 355 millones de visitas en YouTube y 235 millones de reproducciones en Spotify. Además la incluyó en la canción «Dos Mil 16» de 2022, así como en una serie de temas iniciales en Soundcloud.
Los abogados de De la Cruz alegan que, el año pasado, días antes de que saliera el último álbum de Bad Bunny, «Un Verano Sin Ti», los representantes del puertorriqueño ofrecieron comprarle los derechos de la frase por 2.000 dólares a lo que ella se negó y el álbum fue lanzado con su voz.
La demandante afirma que su grabación también se ha utilizado en conciertos y argumenta que su uso equivale a «negligencia grave, mala fe y, peor aún, un ataque a su privacidad, moral y dignidad».
Sin respuesta
Bad Bunny, el artista con más reproducciones en Spotify en los últimos tres años, no ha respondido públicamente a la acción legal de De la Cruz, que fue presentada en Puerto Rico a principios de este mes.
La demanda asegura que desde que salió el último álbum de Bad Bunny, miles de seguidores del cantante le han hecho comentarios en sus cuentas de redes sociales y le han hablado sobre el asunto cuando la ven en persona.
«Esto ha provocado, y actualmente sigue causando, que De la Cruz se sienta preocupada, angustiada, intimidada, abrumada y ansiosa», indica el documento.
Según la demanda interpuesta, la afectada grabó varias versiones de sí misma diciendo la frase «Bad Bunny baby» usando una aplicación de notas de voz en el baño de la casa de un amigo y se las envió a Martínez.
Rimas Entertainment, el sello discográfico de Bad Bunny, y el representante del cantante, Noah Assad, también fueron demandados por De La Cruz.