Las autoridades australianas se reunieron este domingo para abordar la crisis producida por un «incidente de seguridad cibernética de importancia nacional», que interrumpió las operaciones en puertos clave de todo el país y que todavía está en curso con gran estado de gravedad.
Tras el suceso, la Policía Federal Australiana abrió una investigación del presunto ciberataque, cuyas causas, magnitud y autores aún no están claros.
El viernes, el operador portuario DP World detuvo la conexión a internet en los puertos de Sidney, Melbourne, Brisbane y Fremantle para impedir «cualquier acceso no autorizado en curso» a su red, informó un portavoz.
La ministra de Interior y Ciberseguridad, Clare O’Neil, señaló a través de su cuenta X que «DP World gestiona casi el 40% de las mercancías que entran y salen de nuestro país».
La interrupción no impide que los buques descarguen contenedores, pero los camiones necesarios para transportarlos no han podido entrar ni salir de las terminales, indicó en un comunicado Blake Tierney, director de DP World.
Refirió que la empresa ha hecho «avances significativos», está trabajando con expertos en ciberseguridad y probando sistemas «cruciales para reanudar el movimiento regular de mercancías».
O’Neil añadió que «este incidente es un recordatorio del grave riesgo que los ataques cibernéticos representan para nuestro país y para la infraestructura vital de la que todos dependemos».
Por su parte, el coordinador de ciberseguridad nacional, Darren Goldie, aseguró que la «interrupción posiblemente continúe algunos días e impactará la entrada y salida de bienes al país».
Australia alertó previamente del incremento de este tipo de ataques, que incluso llegaron en 2019 a afectar al Parlamento del país.