Un reciente estudio de la Universidad de Pensilvania, publicado en la revista oficial de la Asociación Estadounidense del Corazón, advirtió sobre el impacto devastador del aumento del calor extremo en Estados Unidos (EE.UU.).
Según el análisis, si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan sin control, desencadenarán temperaturas abrasadoras durante 80 días al año, lo que podría triplicar las muertes prevenibles relacionadas con enfermedades cardiovasculares en el país, alcanzando la cifra de casi 5.491 por año.
Esto se debe a que las altas temperaturas pueden provocar una mayor deshidratación y estrés en el corazón.
“Cuando el cuerpo se recalienta, el corazón trabaja más, bombeando sangre a la periferia del cuerpo para liberar calor a través del sudor, y para las personas vulnerables, ese estrés puede ser excesivo. También sabemos que se proyecta un aumento en el número de días de calor extremo”, explicó el investigador principal, Dr. Sameed Khatana, cardiólogo y profesor asistente de medicina en la Universidad de Pensilvania.
Desigualdades
El informe también resalta que los grupos más afectados por el calor extremo son las personas afroamericanas, los adultos mayores y los residentes de áreas urbanas. Estas disparidades raciales y socioeconómicas en las enfermedades cardíacas serán más evidentes si las autoridades no toman medidas.
En el caso de los afroamericanos es porque están más expuestos a las altas temperaturas y carecen de acceso a sistemas de enfriamiento.
Respecto a esto, los especialistas enfatizaron que el hallazgo más esperanzador es que algunas de esas muertes podrían evitarse implementando las propuestas actuales para reducir las emisiones de carbono. «Si no se realizan esfuerzos para reducir las emisiones, entonces estas desigualdades que ya hemos visto podrían seguir ampliándose «, afirmó Khatana.
Medidas de mitigación
El estudio también destaca la importancia de tomar medidas de mitigación, esto incluye la plantación de árboles en áreas urbanas para proporcionar sombra, la creación de centros de enfriamiento accesibles y seguros, y el desarrollo de planes de acción para prepararse para las olas de calor.
Además, el informe resalta la necesidad de establecer regulaciones que protejan a los trabajadores expuestos al sol y al calor extremo, como la provisión de agua, sombra y descanso.