Los NFT -Token No Fungible- llevan tiempo rondando el mundo del arte, sin embargo, fue en marzo cuando hizo su entrada por la puerta grande y progresivamente se suman nuevos artistas y celebridades a lanzar sus propias colecciones en la era de la economía digital.
Una obra de Beeple, desconocido hasta entonces para el gran público, alcanzó los US$ 69 millones en una subasta, fulminando varios récords, entre ellos el de la obra digital más cara jamás vendida y el tercer artista vivo más cotizado.
El fenómeno de los NFT, que también genera escepticismo entre los coleccionistas tradicionales de arte, disparó las ventas online y atrajo a jóvenes y nuevos coleccionistas.
El auge continúa y no parece tener fin, Melania Trump fue una de las últimas personalidades en lazar su propia plataforma de NFT. Cantantes como Ozuna y museos como el Hermitage, en San Petersburgo, también se sumaron a esta tendencia.
A pesar del fenómeno de los NFT, el mercado del arte no recupera los niveles prepandemia. Una encuesta de Art Basel -la más importante feria de arte que se realiza en Suiza, China y Estados Unidos- hablaba de pérdidas para la mitad de las galerías, especialmente las más pequeñas.
Nuevas exposiciones
En mayo, abrió sus puertas la Colección Pinault en el emblemático edificio de la Bolsa de París; luego lo hizo el flamante nuevo Museo Munch en Oslo y la esperada Academia de Cine de Los Ángeles.
Más modestos pero igual de gratificantes para el sector fueron las aperturas del centro Luma de Arles, en Francia, con edificio de Franck Gehry, el M+ en Hong Kong o el imponente GES-2 en Moscú.
Frida, la artista latinoamericana más cotizada
El cuadro “Diego y yo”, de la pintora, poeta y escritora mexicana Frida Kahlo, fue vendido en noviembre al coleccionista argentino Eduardo Constantini a un precio récord de 34.900.000 dólares, de acuerdo con información de la casa de subastas Sotheby’s, convirtiendo a la artista en la más cotizada de América Latina.
Por su parte, la obra autodestruida de Banksy, que se vendió por 1.2 millones de euros en el 2018, volvió a salir a subasta y su precio subió de nuevo como la espuma hasta los 21 millones, batiendo el récord de principios de año del grafitero con un dibujo a lápiz que recaudó 19 millones de euros para los sanitarios.
