Un ataque con explosivos que mató a nueve militares y que la Fuerza Armada de Colombia atribuye al Ejército de Liberación Nacional (ELN) amenaza con paralizar los diálogos de paz que el Gobierno de Gustavo Petro sostiene con este grupo guerrillero desde el año pasado.
A raíz del hecho, el mandatario colombiano convocó a consultas a la delegación de paz del Gobierno y a los países garantes y acompañantes del proceso de paz con el ELN. “Un proceso de paz debe ser serio y responsable con la sociedad colombiana”, enfatizó a través de su cuenta en Twitter.
He convocado a consulta a la delegación del gobierno en la mesa del ELN, países garantes y acompañantes. Un proceso de Paz debe ser serio y responsable con la sociedad colombiana.
— Gustavo Petro (@petrogustavo) March 29, 2023
Aclaró que la convocatoria «no implica un congelamiento de los diálogos» ni que el Gobierno se vaya a «levantar de la mesa», pero sí una reunión para el próximo lunes «con negociadores y países garantes para evaluar decisiones respecto de los hechos recientes».
Diálogos de Paz entre Gobierno de Colombia y ELN se trasladan a Cuba
Petro precisó que siete soldados que prestaron servicio militar obligatorio y dos suboficiales cayeron “asesinados por quienes hoy están absolutamente alejados de la paz y del pueblo”. El ataque perpetrado en la madrugada de este miércoles dejó además saldo de nueve heridos, quienes se evacuaron para ser atendidos en centros médicos especializados de Cúcuta, capital del departamento de Norte de Santander.
En el ataque, los soldados del Batallón Especial Energético y Vial N.º 10, acantonado en Guamalito, un corregimiento del municipio de El Carmen en el citado departamento fronterizo con Venezuela, fueron emboscados con explosivos y disparos de fusil.
Atentado a la paz
De acuerdo con el ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, los militares que perdieron la vida fueron identificados como: Brayan Gómez Gamboa y Juan Benavides Bohórquez, ambos suboficiales, y los soldados regulares: Kevin Acevedo Osorio, Hercel Fernández Bonivento, Johan Gómez Gelvez, José David Pushaina Epiayu, Fabio Epiayu Ipuana, Rafael Jiménez y Jaime Manuel Redondo Uriana.
De comprobarse la autoría del ELN se convertiría en el ataque más grave cometido por esa guerrilla desde noviembre del año pasado, cuando se reanudaron las conversaciones de paz.
El comandante de las Fuerzas Militares, alcalde general Helder Giraldo, señaló a la prensa que los militares emboscados realizaban operaciones de seguridad en el oleoducto Caño Limón-Coveñas, de la estatal Ecopetrol.
“No era una unidad que estuviese haciendo operaciones ofensivas”, destacó Giraldo.
Condena unánime
Las autoridades del Estado colombiano condenaron el ataque armado. El ministro del Interior, Alfonso Prada, indicó que «siempre hay la posibilidad de levantarse de una mesa cuando no hay condiciones para el diálogo» o «suspender un cese y ordenar ofensiva total cuando no hay voluntad real de paz».
Uno de los negociadores del Gobierno y presidente de la Comisión de Paz, el senador Iván Cepeda, aseguró que «ni con atentados con explosivos contra soldados ni con voladura de oleoductos perpetrados por el ELN avanzaremos en la paz».
«Por el contrario, nos sumiremos más en el precipicio de la violencia», por lo que se sumó a la «total condena» del atentado.
Igual postura asumió su compañera del Senado y de la mesa de negociaciones María José Pizarro, quien repudió los actos y aseguró que analizarán junto a Petro «el camino a seguir».
También la vicepresidenta, Francia Márquez, rechazó «el vil ataque» al pelotón del Ejército y su «total condena». «Hoy más que nunca, no dejaremos de trabajar por la paz total que se merecen las y los colombianos».
La Oficina del Alto Comisionado para la Paz extendió su «solidaridad con las familias de los militares muertos» y agregó que «su sacrificio nos compromete aún más a parar el desangre: ni un colombiano más debe morir en esta guerra sin sentido».
En el Catatumbo, que abarca una decena de municipios de Norte de Santander, además del ELN, operan el frente 33 de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL) y bandas criminales.
