Científicos australianos descubrieron recientemente que un ansiolítico usado desde 1950 podría ayudar a combatir uno de los cánceres cerebrales más agresivos, como el glioblastoma.
De acuerdo con investigadores de la Universidad de Flinders, la trifluoperazina puede aumentar la receptividad de las células tumorales a las terapias, mejorando potencialmente el abordaje de la enfermedad.
Un artículo de la revista Science Advances que cita dicho descubrimiento, explica cómo este medicamento mejora la efectividad de la quimioterapia o la radioterapia.
“Hace que las células cancerosas sean más sensibles y, por tanto, tratables, sin afectar a las células sanas”, agrega el texto.
Al investigar las bases moleculares, los médicos descubrieron que las células cancerosas expuestas al líquido eran más resistentes a la ferroptosis, una forma de muerte celular inducida por los tratamientos.
“El glioblastoma mata en unos pocos meses a muchas personas que están en forma, sanas y jóvenes. Esta es una enfermedad horrible y los tratamientos disponibles simplemente no son lo suficientemente efectivos, a pesar de los graves efectos secundarios”, afirmó el profesor asociado Cedric Bardy, quien auguró esperanza.
“Estamos trabajando arduamente ahora para probar esto en pacientes en un ensayo clínico», añadió.
La conclusión fue alcanzada tras realizar varios experimentos a cultivos celulares obtenidos de 25 pacientes con este diagnóstico. Los médicos precisaron que la combinación del ansiolítico con los tratamientos tradicionales prolongará la vida del paciente.
Cabe destacar que el glioblastoma es la variante más común y letal de los tumores cerebrales y, en la actualidad, constituye la principal causa de fallecimiento por cáncer en individuos menores de 40 años, tanto en niños como en adultos.