Fernando Sabag Montiel, el hombre que intentó asesinar a la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, posó junto a su novia, Brenda Uliarte, con la pistola Bersa Thunder calibre 32 empleada en el atentado, informaron los investigadores.
Fuentes de la causa indicaron que las fotos extraídas del teléfono celular de Sabag Montiel muestran que las imágenes fueron tomadas meses atrás y demuestran que la pareja del agresor mintió cuando dijo que no tenía conocimiento de la existencia del arma.
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Según refiere el diario La Nación, los investigadores sospechan que el atentado pudo haber sido premeditado y que, además, la pareja detenida habría actuado con apoyo de otras personas.
En una de las fotos, Sabag Montiel exhibe el arma cerca de su cara; mientras que en la otra, Uliarte, quien fue detenida el lunes al comprobarse que estuvo en la escena del ataque, está parada de perfil y lleva el arma colgada de su cintura.
También se determinó que otra de las imágenes fue tomada en mayo, en la que se ven las dos cajas de balas que se incautaron en el domicilio del joven imputado, indica el medio.
Organización delictiva
Los investigadores creen que hay una pequeña organización detrás de estas dos personas que realizaron el atentado contra la vicepresidenta, aunque no hablan de un complot, sino de otros individuos que pudieron haber instado a la pareja a actuar.
Ambos sospechosos fueron trasladados este martes desde sus lugares de detención a los tribunales de Comodoro Py, en Buenos Aires, para brindar declaración indagatoria ante la jueza María Eugenia Capuchetti.
Uliarte declaró ante la magistrada el martes en la noche y negó haber tenido participación en la planificación del atentado y solo respondió preguntas de su abogado defensor, informó el canal de noticias IP.
La acusada aseguró que el día de los hechos «solo acompañaba» a su novio y que «nunca pensó» que él «pudiera hacer eso», refiere La Nación.
Por su parte, Sabag Montiel se rehusó por segunda vez a testificar, como ya lo había hecho el viernes pasado. No obstante, habló para desvincular a Uliarte del caso, afirmando que no tuvo nada que ver con sus acciones.
El atentado, que ocurrió mientras Fernández saludaba a sus simpatizantes a las puertas de su casa en el barrio de Recoleta, en Buenos Aires, conmovió a la sociedad argentina y recibió fuertes condenas por parte de líderes y políticos latinoamericanos.
El presidente Alberto Fernández se refirió el martes al discurso de odio y las expresiones violentas que son difundidas desde los medios y las redes sociales, y que fueron «volviéndose moneda corriente».
«La Argentina está lastimada. No es para menos. La memoria democrática no recuerda una imagen tan tremenda como aquella que vimos cuando alguien amartilló una pistola a escasos centímetros de la cabeza de nuestra vicepresidenta», indicó durante un acto en la Cámara Argentina de la Construcción.
