El ministro de Seguridad del Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, fue agredido con patadas, golpes y pedradas, durante una protesta de conductores de autobuses en el sector de La Matanza.
El colectivo trancó una de las avenidas más transitadas del área metropolitana por el asesinato de uno de sus compañeros, para airear su dolor y exigir soluciones.
El casi linchamiento fue frustrado por policías que acudieron a su rescate. Berni se había acercado al lugar para alcanzar una acuerdo, pero lo hizo sin custodia y totalmente desprevenido.
«Estoy acá, muchachos, si estoy acá es porque me interesa. Vamos a hablar», repetía Berni. «Querés arreglar todo en la oficina y nos mentís. Hablá adelante de las cámaras», proseguían los manifestantes.
El incidente fue transmitido en directo durante casi media hora por canales de la televisión local.
Con el rostro ensangrentado y protegido apenas con un casco de ciclista, el ministro fue sacado de lugar, para ser trasladado a un centro hospitalario.
A pesar de los ataques dijo que no denunciará penalmente a los agresores y tampoco dimitirá de su cargo.
Descontento
De un balazo mataron a Daniel Barrientos (65) durante un asalto, cuando le faltaban días para jubilarse. Pero no es la primera vez que los argentinos intentan tomar justicia por sus propia manos.
Hace un mes, vecinos de Rosario, la tercera ciudad más rica del país, irrumpieron en una vivienda donde narcos vendían drogas, hartos de la inacción o corrupción policial.
A esto hay que sumarle el descontento por la galopante inflación, violencia e inseguridad.
Hay que recordar también que hace siete meses, la actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, sobrevivió de milagro a un atentado perpetrado por un desquiciado que creía que con una bala solucionaría los problemas nacionales.
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Agresión al minitro de Seguridad de Buenos Aires, Sergio Berni. pic.twitter.com/s8o0D1dFRW
— Noticias FN (@Noticias_F_N) April 4, 2023