Este lunes inició la primera Cumbre Africana sobre el Clima en Nairobi, capital de Kenia, con la presencia de más de una docena de jefes de Estado y Gobierno de países africano con el fin de hacer valer una voz más fuerte sobre un problema existencial global al que menos contribuye.
El presidente de Kenia, William Ruto, y la Unión Africana anunciaron que están decididos a ejercer una mayor influencia global y conseguir mucho más financiamiento y apoyo.
“Durante mucho tiempo hemos considerado esto como un problema. También hay inmensas oportunidades”, expresó Ruto sobre la crisis climática.
“Hablando de posibilidades económicas multimillonarias, nuevas estructuras financieras, la enorme riqueza mineral de África y el ideal de prosperidad compartida. No estamos aquí para catalogar agravios», afirmó el mandatario africano.
Esta cita se produce en un momento en que el mundo está muy lejos de su objetivo de reducir las emisiones de carbono y las comunidades golpeadas por fenómenos climáticos extremos y en vísperas de la cumbre sobre el clima que se realizará en noviembre en los Emiratos Árabes Unidos, ricos en petróleo y que estará dominada por visiones encontradas en materia de energía.
Soluciones para África
Ruto, dice que espera que la Cumbre en Nairobi ayude a «ofrecer soluciones africanas», ya que el objetivo es transformar el continente en la fuente de la revolución mundial en materia de energía verde.
Agregó que para lograrlo necesita una afluencia de financiación y ayuda para afrontar su carga de deuda.
En este sentido, otros líderes del continente, como Mavis Owusu-Gyamfi del Centro Africano para la Transformación Económica (ACET), tratan de mostrar que «África no es una víctima sino un actor crítico en la solución de la crisis climática mundial».
El representante para la Alianza Panafricana por la Justicia Climática, Mithika Mwenda, dijo que “este es nuestro momento”, y afirmó que el flujo anual de asistencia climática al continente es una décima parte o menos de lo que se necesita y una “fracción” del presupuesto de algunos países. empresas contaminantes.
En 2020 se otorgaron más de 83.000 millones de dólares en financiamiento climático a los países más pobres, un aumento del 4% con respecto al año anterior, pero aún por debajo de la meta anual de 100.000 millones de dólares establecida en 2009.