Para saber si estábamos en lo cierto fue filmada ‘100 años: La película que nunca verás’, esta cinta será estrenará el 18 de noviembre de 2115 y se ha creado todo un sistema de seguridad para evitar que se filtre a los medios, como una suerte de cápsula del tiempo.
Su protagonista, John Malkovich, tendrá 162 años cuando se exhiba. Ni él, ni el elenco, ni ninguno de los presentes podremos verla.
El argumento de la trama es desconocido, pero para aliviar la ansiedad fueron publicados tres tráilers, cada uno con una visión diferente de cómo podría estar el mundo y la sociedad en general.
Uno de los avances muestra un futuro distópico en una Tierra en ruinas y abandonada, otra con una urbanización extremadamente avanzada tecnológicamente, y la tercera en medio de una invasión donde los cíborg se han hecho con el control del planeta, aunque las tres visiones se desarrollan con las mismas acciones y diálogos.
El filme fue presentado de forma oficial en el Festival de Cannes pero no fue exhibido. La película permanece guardada junto a una botella de Louis XIII, en una caja de seguridad ideada por la marca francesa Fichet-Bauche, líder en la fabricación de cajas fuertes.
Cuando llegue el momento, el cronómetro que marca la cuenta regresiva se detendrá y la caja se abrirá automáticamente.
La idea fue concebida para que sean nuestros descendientes los encargados de criticar si el proyecto fue acertado o no, o si los efectos especiales e interpretaciones eran anticuados.
Marketing de intriga
La empresa detrás del financiamiento es Louis XIII, una marca de coñac de lujo que tarda alrededor de un siglo en encontrar el punto óptimo de sus licores.
Buscando la manera de que los consumidores pudieran valorar todo este proceso, la idea de producir una película que sólo pueda visualizarse pasados 100 años se posicionó como una original estrategia de marketing.
Sin duda, lo misterioso de la campaña trae más emoción y expectativas en un momento en el que la tecnología evoluciona diariamente y la inteligencia artificial empieza a dar más de qué hablar.